SIEMPRE DIGNA – UN DÍA DE FURIA

Cuántas veces hemos decidido guardar la compostura, morder nuestros labios, apretar el puño con disimulo, cruzar las piernas, meternos una peineta atravesada en la boca para sonreír.
Esos días en que nos preparamos para lo peor y salir «triunfantes», honrosos y honrados; utilizamos nuestro tono de voz a lo Gertrudis y ladeamos sonrientes un poco la cabeza mientras fingimos que el golpe en la boca del estómago del orgullo ni lo sentimos.
Esa política de vida chilena que ya es una forma de ser, es una bandera de lucha, enarbolada en nuestras sienes, tatuada a fuego en el inconsciente por nuestras abuelas, la frase inconfundible de las mujeres después que se cuentan las atrocidades que les infringió un tercero.
Siempre digna.
¿Por qué?
«Hable más bajito, mijita» Parece que todavía escuchas la reprimenda cada vez que no te parecía algo y tenías la tupes de lanzarlo al aire.
«No alegue taaaantoooo» Si ya no te habían logrado callar a la primera y osaste reclamar por lo que considerabas injusto.
Porque, qué vergüenza, qué atroz, qué escándalo, qué papelón nos puedes hacer pasar.
Y aprendimos a callar, a hacer de la soberbia nuestra mayor virtud, y la nunca menospreciada dignidad aparecía por arte de magia en nuestras vidas.
Me confieso una persona intolerante, pertenezco a una especie de reducto histérico capaz de cantar como en la ópera si no soporta algo; censurada y rechazada por el stablishment cuando se expresa en su amplitud.
¿Pero por qué prostitutas razones resulta ahora que ser digno significa que puedes andar con los cuernos en la calle pavoneándote engreídamente, si cuando te los pusieron (los cuernos) con cueva te sacaste el guante blanco para abofetear suavemente su ridícula cara?
Es que no es natural. Para mí: las cosas como son. Por su nombre, con sus colores, con sus expresiones más vivas si la huevada resulta que no me parece.
Y claro, el resto también puede opinar libremente que se me arrancan los enanitos para el frondoso bosque; que mi lengua nativa es el idioma de patio; que sufro de neurosis femenina si me quejo y, por último, y lo más indignante de todo, es que ande en «mis días» si además pongo cara de loly. «En mis días» ¿Realmente quieren verme «en mis días»? Já.
Resulta entonces que debemos soportar todo de todos.
Micrero imbécil que vas hablando por tu celular mientras manejas, que te saltas los paraderos y aceleras a 70 y frenas en un cuarto de loza para volver a acelerar 70. Si me paro y le pregunto si los pedales tienen algún problema mecánico podría pasar por digna (aunque un poco estúpida) pero si le digo que saque la pata del acelerador o llamo a los pacos, entonces soy una histérica.
Si pido un cappuccino y me traen un express con medio litro de Chantilly, ¿me puedo dar el lujo de mirarlo con ojos desorbitados del horror por la ignorancia y devolverlo e-xi-gien-do-un-ca-ppu-cci-nooooooooo!
Nooooooo, por supuesto que no, estamos en Chile, el cappuccino en Chile es un café Haití con medio litro de crema y yo soy una pobre ignorante que no sabe que se cree pidiendo puras huevás.
¿Alguno de ustedes no han usado su hora de colación en la pega para ir al médico y el infeliz se atrasa media hora en atenderlos? Ni se les ocurra ir a quejarse, capacito que les recete un medicamento sacado del mercado hace dos años por el Ministerio de Salud, y las secretarias te miren como si fueras un ogro incontrolable. No, una persona digna jamás haría eso, se levantaría suavemente y preguntaría «¿el doctor sigue con pacientes?» No taradito, no sigue con pacientes, está atendiendo al visitador médico así que bánquesela dignamente.
Es que no importa si tu jefe te metió el palo por el orto con la sobre carga de pega, y te sentiste todo un Caupolicán cuando llegaste a tu casa. Con cueva apretaste de nuevo la boca, respingaste la nariz y tiraste las puteadas por el chat porque, darte vuelta y decirle que no eres un servil pulpo puede ser bastante poco digno. No, que te baste con alegar por facebook, que por poco digno te van a quitar la pega.
Y entonces tengo que vivir tragándome mi verborrea siciliana cada vez que quiero sentirme «digna». ¿Digna de qué? Digna de aceptar la mediocridad y el veneno ajeno, digna de mamar las oleadas de gatos por liebres y digna de soportar que la gente haga lo que quiera conmigo para no parecer escandalosa.
¿Y para qué? Para educar a mis hijos a que también sean dignos. Para que nadie se entere que corre sangre por mis venas, y que deben seguir aguantando hasta que la cosa cambie por milagro, mientras sigan sentando su trasero en mi cara, en nuestras caras, porque por dignidad jamás diría que no toleraré que me sigan cagando.
Entonces no. Decido que no. Métanse su dignidad por la raja.
Exijo mi (nuestro) derecho nato, inalienable, absoluto, y no sólo de quejarme, una y mil veces, a parar el carro cuando me atropellen, a decir que no, cuando no quiero; a devolver un plato mal cocinado; a exigir el detalle de la cuenta para saber exactamente lo que me cuesta algo, y sin quedar como rota, neurasténica, y poco digna.

Un comentario en “SIEMPRE DIGNA – UN DÍA DE FURIA

  1. Reclamona dijo:

    ay.. no sabes lo identificada que me siento con todo lo que escribiste, siempre he sido tildada de reclamadora, grave, etc. por no ser lo que tu llamas digna, pero hay que aprender a como hacerlo… en mis primeros años de incursiones en este tema claro.. me miraban como si fuese de otro planeta cuando exigí mi parto normal a pesar que él doctor quería llegar y cortar porque es una pega más medible.. el doctor sabe exactamente cuanto se demora y está desocupado para seguir con su rutina o cuando reclamé porque la atención en una clínica estaba muy lejos de ser profesional al olvidar los horarios de los remedios (mejor se los daba yo en la casa) o la poca coordinación que hay entre cambios de turno de las enfermeras y yo me pregunto… ¿Por qué? … lo grito ¿Por que? siempre recibimos un servicio pésimo en muchas áreas.. hay que reclamar, amargarse, estar 200% pendientes de todo porque la gran mayoría de las personas en este país hace su pega al lote… Me indigna cuando las secretarias se hacen las ocupadas y hacen esperar a abuelitas o personas con niños mientras están terminando un asunto.. y ese asunto resulta que es «Facebook» o MSN, que le pasa a las personas… cuando pasó que perdieron su sentido común??? o cuando vas a algún lugar de atención al cliente y las personas que atienden están al teléfono en evidentes asuntos personales.. o mandando mensajes por celular y te hacen esperar preciosos minutos de tu tiempo.. que cresta pasa!!!, y ni hablar de los servicios públicos como los consultorios donde a la señora dueña de casa la toman por tonta o la tramitan mucho… hasta en algunas ocasiones las tratan de tontas cuando es el mismo personal el que las pimponea mandándolas de allá para acá para hacer un trámite.
    En inconcebible a veces que las personas de las cajas de compensación o isapres uno les pregunte algo que tiene que ver con su trabajo pero no es parte de lo que hacen diariamente para que se desconfiguren y pongan cara de que eres extraterrestre para al final contestar que no saben lo que les preguntas .. y yo me pregunto… que mierda hacen acá entonces???
    Antes.. explotaba, gritaba, reclamaba enérgicamente… hoy… las dejo en vergüenza de manera inteligente, es fácil.. son personas que esperan a las personas dignas o a las histéricas pero no a personas con argumentos…..
    Por desgracia este es un cuento de nunca acabar, pero claro que hay que seguir alegando y hay que contagiar a mas personas para que lo hagan también y que no nos callen, que los jefes de esas personas también se enteren de las faltas para que no lo permitan más.
    Lo unico que podemos hacer en este sentido es hacer nuestro trabajo muy concentrados, preocuparnos por el de al lado, señalar lo que está mal con audacia e inteligencia y enseñarles a nuetros hijos a hacerlo también para que siempre exijan un trato digno y un servicio y productos de calidad.

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