UN PAPÁ A LA MEDIDA

Isidora, mi Caupolicana, hoy recibió un regalo.

Mi mamá es fuerte, muy fuerte, mucho más fuerte que las otras mamás.

Mi mamá es guapa, muy guapa, muchísimo más guapa que las otras mamás. Si organizasen un concurso de belleza para mamás, seguro que mi mamá ganaba el primer premio.

Mi mamá es inteligente, súper inteligente, mucho más inteligente que las otras mamás. Siempre sabe quién es malo, mucho antes de que acabe la película ¡Y sabe hacer cuentas de memoria!

Mi mamá es deportista, muy deportista, mucho más deportista que las otras mamás. Sabe jugar al futbolín, a la petanca, y sabe patinar en patines de ruedas. Y además, sabe hacer puzzles.

Pero los otros niños también tienen un papá. Yo, no. Necesitaría un papá grande, muy grande, por lo menos, como cuatro papás.

Necesitaría un papá fuerte, muy fuerte, mucho más fuerte que los otros papás. Tan fuerte como el Luchador Enmascarado de la tele.

Necesitaría un papá guapo, muy guapo, mucho más guapo que los otros papás.

Tan guapo como un actor de cine, y con mucho pelo.

Necesitaría un papá inteligente, súper inteligente….deportista…que supiera hacer puzzles ¡y que fuera cariñoso!

Mi mamá y yo pusimos este anuncio en el periódico:

«Se busca un papá tan estupendo como mamá. Los que no lo sean, que se queden en su casa. Personas cualificadas abstenerse».

Al día siguiente, llegaron los aspirantes a papá.

Uno era bastante fuerte….otro no tenía casi pelo…..otro no sabía hacer cuentas….otro no sabía patinar sobre ruedas….a otro no le gustaban los puzzles….y otro no era simpático…..

Al final, no quedaba más que uno. La verdad es que no era muy grande….tampoco parecía un actor de cine….no tenía un aspecto muy deportivo….ni era fuerte como el Luchador Enmascarado.

Pero parecía simpático, así que nos lo quedamos.

Mi nuevo papá es bajito, muy bajito. Mucho más bajito que los otros papás.

Es muy malo en cálculo mental….pero sabe muchas poesías….le gustan los animales…. ¡y sabe cocinar!

Mi nuevo papá es simpático y cariñoso, mucho más cariñoso que los otros papás. Por la noche, antes de dormirme, me sienta en mi cama y me lee un cuento. Algunas veces, incluso dos.

¡Me encanta mi nuevo papá!

Aunque no sepa patinar sobre ruedas, ni hacer puzzles.

¡Es mi papá!

…….

Gracias Javier. Nos hiciste llorar a las dos.